El 6 de diciembre, celebramos el día de la Constitución Española, la Carta Magna que, con todas las lagunas y deficiencias que queramos (como en cualquier obra humana), con todos sus aspectos perfectibles, nos ha traído 46 años de progreso, libertad y democracia.
La Constitución Española del 78 se redactó para dejar atrás la guerra civil y la dictadura franquista: fue un momento de concordia nacional, un ejercicio de puro civismo, de pasar página. Y nadie puede negar que, desde la lejana época en que romanos y cartagineses peleaban en Hispania, no ha existido jamás en nuestra Patria un periodo tan largo de paz y prosperidad como el transcurrido entre 1978 y 2024.
No ha sido un camino fácil, ni siempre limpio: los enemigos de la libertad y de la paz pusieron bombas hasta hace poco, aunque ahora hayan cambiado las metralletas y los secuestros por escaños en el Congreso. Nuestra Constitución, ésa que odian, ésa que pretenden derrocar, es tan generosa con todos que permite en su seno incluso a los malnacidos.
No ha sido un camino fácil, ni siempre limpio: muchos enemigos del bien público, de todos los colores políticos, han robado de las arcas del Estado todo cuanto han podido. Nuestra Constitución, ésa de la que se mofan, ésa de la que se aprovechan, es tan generosa con todos que permite en su seno incluso a los corruptos.
No ha sido un camino fácil, ni siempre limpio: los enemigos de la unidad nacional, ésos que pretenden comer aparte para comer más, hacen todo lo que pueden para levantar fronteras, para enfrentar familias, para alzar banderías, para llevarnos de nuevo a la guerra civil. Nuestra Constitución, ésa que odian, ésa de la que se aprovechan, es tan generosa con todos que permite en su seno incluso a los desleales y a los golpistas.
Hoy, para algunos, por desgracia, defender íntegramente la Constitución te convierte automáticamente en un “facha”, en un raro partidario de lo que con desprecio han venido a bautizar como “Régimen del 78”. Hoy, si defiendes nuestra Carta Magna y estás en desacuerdo con las plurinacionalidades, con la República Confederal y con las desigualdades territoriales en forma de privilegios, no eres suficientemente “progresista”. Sin embargo, cuando expliquemos la Constitución Española a nuestros nietos, o a nuestros hijos, hagámoslo con orgullo y esperanza:
Constitución es Sanidad Pública. Constitución es Educación Pública. Constitución son los Transportes Públicos. Constitución es concordia. Constitución es paz. Constitución son becas. Constitución son elecciones libres. Constitución es libertad para discrepar del Gobierno sin que el Gobierno te persiga, te encarcele o viole tu privacidad. Constitución es igualdad entre territorios. Constitución es Caja Única de la Seguridad Social. Constitución es la bandera rojigualda. Constitución son Derechos específicos de la Mujer. Constitución es libertad de prensa. Constitución es la Guardia Civil. Constitución es la Selección Española de Fútbol. Constitución es la Ley de la Dependencia. Constitución son las Universidades. Constitución son las pensiones. Constitución es el Ejército. Constitución son los jueces. Constitución es el derecho a conocer y hablar la Lengua Española en todo el territorio nacional sin que nadie te persiga. Constitución es el derecho a usar las Lenguas propias en cada Comunidad sin que nadie te moleste. Constitución es el derecho de reunión, manifestación y huelga. Constitución son miles de alcaldes trabajando para sus vecinos. Constitución es solidaridad con los pueblos devastados de Valencia.
Todo eso, y mucho más, es nuestra Constitución de 1978.
Cuidémosla. Nos va la vida en ello.
¡Viva la Constitución y viva España!
Firmado:
Juan Manuel Jimenez Muñoz.
Médico y escritor malagueño.