José Selgas y Carrasco: Entre la Melancolía Literaria y la Controversia Académica

9 de enero de 2025

José Selgas y Carrasco (Lorca, 1822 – Madrid, 1882) fue un destacado poeta, novelista, periodista y académico, cuya obra refleja las tensiones políticas y sociales de la España del siglo XIX. Su estilo conservador y su inclinación por el sentimentalismo lo convierten en una figura singular de su época.
Nacido en una familia humilde, Selgas inició su formación en el Seminario de San Fulgencio, pero las dificultades económicas truncaron sus estudios. Tras mudarse a Madrid, combinó empleos gubernamentales menores con su creciente participación en el periodismo. Publicó artículos críticos hacia el liberalismo en diarios como El Padre Cobos y, más tarde, compendió algunos de ellos en obras como Hojas Sueltas y Estudios Sociales.
Su producción literaria incluye poemas melancólicos reunidos en La Primavera y El Estío (1850), relatos cortos y novelas como Dos Rivales y Una Madre. Aunque su narrativa no alcanzó el renombre de su poesía, sus escritos transmiten un pesimismo característico que lo diferenció de sus contemporáneos.
El Discurso Académico
y la Polémica
En 1865, Selgas fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE), pero no fue hasta 1874 que ocupó oficialmente el asiento b, tras años de controversia. Su discurso de ingreso, “El filosofismo, la política y la industria, elementos que más contribuyen en nuestros días a corromper el habla castellana”, fue inicialmente rechazado, junto con la contestación del académico Cándido Nocedal, debido a alusiones políticas y a la baja calidad percibida del texto,según los censores de la Academia.
Finalmente, en un clima político y académico cambiado, Selgas presentó su discurso sin modificaciones. En él, definió la política como «el arte de trastornar los pueblos, destruir leyes y reglamentos para mantener la intranquilidad e inseguridad públicas y conservar el desorden y las malas costumbres». La respuesta de Nocedal subrayó la coherencia y firmeza ideológica de Selgas, destacándolo como un defensor del conservadurismo incluso en tono satírico.
Aunque la obra de José Selgas no alcanzó la popularidad de otros autores de su tiempo, su figura ilustra los debates intelectuales y políticos de la España decimonónica. Su estilo melancólico en la literatura, combinado con una postura polémica y conservadora en la política y el lenguaje, lo convierten en un personaje clave para comprender las corrientes ideológicas y literarias de la época.
MaríaM.

Final de su discurso de ingreso en la Academia (RAE):
«Se habla como se siente y se piensa: … la lengua no puede ser sabia en un pueblo ignorante, ni puede ser culta en un pueblo salvaje.
De la misma manera las lenguas se postran cuando las sociedades desfallecen; una lengua que se corrompe es siempre indicio seguro de una sociedad corrompida: la baja latinidad pertenece al bajo imperio.
Teneis, pues, en la mano la sonda con que podeis medir la profundidad intelectual y moral de estos tiempos en que vivimos: todo lo que la lengua desciende eso descendemos.
…¿Quereis saber como se piensa? Pues ved atentamente como se habla.
HE DICHO»

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