Manuel Muñoz Barberán (Lorca, 26 de mayo de 1921 – Murcia, 1 de diciembre de 2007) fue un pintor y escritor murciano muy vinculado a su ciudad natal. Nació en una familia modesta de Lorca; su padre murió cuando él era un niño. Desde joven se sintió atraído por el arte: a los 9 años ingresó en la Academia Municipal de Dibujo de Lorca, dirigida por Francisco Cayuela, donde destacó por su curiosidad aunque tuvo problemas de disciplina. Tras trasladarse con su madre y hermanos a Garrucha (Almería) durante la infancia, regresó a Lorca al estallar la Guerra Civil. Allí trabajó en un taller fotográfico local y empezó a pintar por encargo (retratos, temas religiosos) para ganarse la vida. En las décadas siguientes se formó de manera autodidacta: viajó por España (Zaragoza, Barcelona, Madrid) visitando museos, donde admiró a maestros como Fortuny, Goya y Velázquez. Finalmente se estableció en Sangonera la Seca (Murcia), aunque siguió yendo a Madrid para perfeccionarse en el Círculo de Bellas Artes y copiando cuadros del Prado
Estilo artístico
La obra de Muñoz Barberán gira en torno a la realidad cotidiana y las tradiciones de su tierra. El tema urbano ha sido su predilecto : bien ciudades europeas o de Marruecos , bien de los acontecimientos festivos tradicionales de la Región de Murcia (procesiones, romerías, el Bando de la Huerta, etc.),o de la ciudad de Lorca y sus fiestas locales. En sus cuadros aparecen plazas, calles, mercados, romerías y procesiones de Semana Santa, siempre captados con un aire íntimo y realista. De hecho, el ayuntamiento de Lorca señala que su “lorquinismo casi militante” lo llevaba a pintar “una y otra vez” los paisajes urbanos de su ciudad natal . “el tema urbano ha sido el predilecto de su pintura” y que supo plasmar con su “peculiar e inconfundible estilo” Estilísticamente, Muñoz Barberán combinó el realismo con una pincelada suelta y un colorido que, aunque sobrio, destaca los detalles. Sus influencias provienen de los clásicos españoles: tras sus viajes por España quedó marcado por Fortuny, Goya y Velázquez. En su pintura religiosa se muestra devoto de la iconografía tradicional, llenando de expresividad escenas bíblicas. En conjunto, su obra se reconoce por su fidelidad a la realidad local y por un aire nostálgico que evoca el ambiente de Lorca y la huerta murciana.
Muñoz Barberán dejó un amplio legado tanto en la pintura de caballete como en murales de gran formato. Pintó numerosos paisajes urbanos: el casco histórico de Lorca, sus plazas, mercados y edificios emblemáticos aparecen retratados en lienzos llenos de detalle costumbrista. También realizó encargos institucionales destacados. Por ejemplo, decoró el techo y el telón del histórico Teatro Guerra de Lorca, una de sus últimas grandes obras locales. De la misma época es el techo del Teatro Concha Segura de Yecla (Murcia). Además, intervino en iglesias y templos de la región: pintó las bóvedas y retablos de la Basílica de la Purísima en Yecla (1953) y restauró obras en iglesias de Murcia capital y de otras localidades murcianas. Por encargo del Ayuntamiento de Lorca diseñó también símbolos oficiales de la ciudad: las nuevas bandera y pendón de Lorca. En resumen, entre sus piezas más señaladas se cuentan los grandes frescos teatrales, las pinturas de iglesias y, sobre todo, sus obras que recogen la vida y el patrimonio lorquino y murciano.
Director artístico del Paso Blanco
En los años 70 Manuel Muñoz Barberán asumió el cargo de director artístico de la Cofradía del Paso Blanco,uno de los más destacados de todos los tiempos. Bajo su guía, se crearon los mantos de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y el estandarte de la Virgen de la Amargura entre otros, enriqueciendo el patrimonio cultural y religioso de la ciudad.
Conexión con Lorca y legado cultural
La huella de Muñoz Barberán está por doquier en la cultura local de Lorca. El Ayuntamiento lo considera “uno de los pintores más significativos e importantes que ha dado Lorca”. Su intenso lorquinismo se refleja en cada cuadro suyo: ama la ciudad y la retrató con cariño, llenando de historia y folklore sus lienzos. En 1990 la ciudad le rindió honor con el título de Hijo Predilecto y la Medalla de Oro. Más recientemente, una placeta entre la calle Cava (su calle natal) y Gigante fue renombrada «Placeta del pintor Manuel Muñoz Barberán» como homenaje a su figura
Hoy sus obras se exhiben en museos y espacios culturales de Lorca y Murcia (por ejemplo, se organizaron exposiciones conmemorativas de su centenario en el Museo de Bordados del Paso Blanco muBBla). Las pinturas que aquí aparecen pertenecen a «La Casa-Museo del Inventor». Asimismo, muchas casas particulares e instituciones locales conservan sus cuadros de paisajes lorquinos. Su libro «Libro breve de La Ciudad Fronteriza» (1979), con dibujos de Lorca, también contribuye a difundir la memoria de la ciudad. En conjunto, Manuel Muñoz Barberán es recordado como un artista cercano y apasionado por Lorca: un pintor cuyo legado enriquece la identidad visual y cultural de su tierra natal.


