Memoria histórica recientepor Manuel de Jesús García

12 de junio de 2025

Si consultamos la hemeroteca y nos trasladamos a mediados del no tan lejano año 2018, evocaremos la caída de Mariano Rajoy después de que no prosperara una moción de censura presentada por su rival político Pedro Sánchez, líder del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Rajoy, quien estuvo en el cargo de Presidente del Gobierno desde 2011, había logrado sobrevivir a diversas turbulencias de la vida política española, pero una trama de financiación ilegal, conocida como el caso Gürtel, fue el detonante para acabar con el gobierno del Partido Popular (PP).
Así perdió Rajoy la moción de censura. Los motivos se sustentaron en la sentencia de la justicia española que estableció que el PP funcionó durante años con una contabilidad paralela en dinero negro, procedente de donaciones de empresarios, y que condenó a varios antiguos responsables de la formación política. La moción de censura prosperó porque la corrupción, en ese momento, se había convertido en una de las fuentes principales de malestar de los españoles. Los escándalos asociados terminaron con condenas judiciales para hombres de negocios, banqueros, expresidentes autonómicos, exministros e, incluso, el yerno del entonces rey de España, Juan Carlos I. Durante el debate, Rajoy acusó a Sánchez de pactar con quienes quieren romper la unidad de España, en referencia a los independentistas catalanes.
Para continuar con el recuento de estos momentos históricos, recordaremos que Sánchez asumió la egislatura por los dos años restantes tras la moción de censura. Fue investido presidente y gobernó hasta el 30 de abril de 2019, fecha para la celebración de elecciones generales. Como ningún candidato consiguió ser investido presidente tras estos comicios, se realizaron nuevamente elecciones. Mientras tanto, el gobierno continuó en funciones hasta el 13 de enero de 2020, día en el que tomaron posesión los ministros entrantes del segundo gobierno de Sánchez. Este ejecutivo consistió en una coalición entre el partido de Sánchez (PSOE) y el de Pablo Iglesias (Unidas Podemos), siendo también el primer ejecutivo con ministros del Partido Comunista de España desde la Segunda República. Este gobierno cesó el 24 de julio de 2023, tras otras elecciones generales, continuando en funciones hasta el 21 de noviembre, cuando tomó posesión el tercer gobierno de Pedro Sánchez, esta vez sin Unidas Podemos, pero con una frondosa representación de partidos de ideología de izquierdas.
La actual legislatura se logró gracias a los pactos previos con los movimientos independentistas, básicamente Junts per Catalunya, EH Bildu, PNV, Esquerra Republicana de Cataluña y BNG.
Debido a esos acuerdos para conseguir la actual legislatura, el sistema parlamentario le permitía a Sánchez mantenerse en el Gobierno aun cuando no fue el candidato más votado. Estas agrupaciones han sido, según diversas opiniones, permanentemente beneficiadas por el Gobierno central, el cual estaría, como parece evidente para algunos, siendo condicionado por las organizaciones que hicieron posible con sus votos que el presidente Sánchez continúe en el gobierno.
El 10 de junio de 2024 entró en vigor la Ley Orgánica de Amnistía, la cual pretende cancelar procedimientos judiciales y condenas relacionadas con los sucesos del proceso independentista catalán, el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia de Cataluña. Se argumenta que, con tal de mantenerse en el poder, Sánchez ha mantenido una política de concesiones, independientemente de los postulados constitucionales, llegando a negociar con Carles Puigdemont, quien se encontraba fuera del país. Dicha ley ha sido rechazada por una parte significativa de los españoles y ha sido un gran detonante para que la aversión hacia el presidente vaya creciendo, un sentimiento que, para algunos, aumenta con cada caso de presuntos hechos delictivos en su entorno de gobierno, partido y familiar.
En los tiempos que corren, se percibe un clamor por un cambio urgente, porque una parte de la ciudadanía española manifiesta estar harta de las declaraciones de los voceros del gobierno, que a menudo se centran en la defensa y aparente ocultación de escándalos, obviando la necesidad ciudadana de obtener respuestas y soluciones a problemas crecientes. Entre estos problemas destacan el de la vivienda, el alto costo de la cesta de la compra, el encarecimiento general de la vida, la inmigración descontrolada que, a su vez, afecta la convivencia y la sanidad, y el creciente gasto social.
En resumen, el desconcierto es muy grande y, según algunos críticos, se fomenta a diario con la actividad o la desidia de quienes, en teoría, nos representan. Voces de muchos votantes y militantes del PSOE se han ido alzando con matices de descontento y decepción. Si hace poco algunas de estas voces, por fidelidad, parecían silenciar cualquier crítica, paulatinamente han comenzado a dejarse escuchar para quejarse y expresar su gran decepción.

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