Nacido en la pedanía lorquina de El Consejero y autodidacta, el autor escribía de sí mismo: “La mayoría de mis frases te indican, que,verdaderamente, soy un campesino”. “Un paleto podría aproximarse en algunas palabras al hombre culto, mas a este sí que le será completamente imposible copiar al paleto”.
Pedro Ruiz Fortes, apodado Juanillo el del Cabezo, era conocido a mediados del siglo pasado por sus poesías satíricas que reflejaban las costumbres de una época y el habla peculiar de Lorca, cuyos últimos vestigios se refugiaban en las pedanías lorquinas. Se podían leer en periódicos y escuchar en la radio local del momento, recitadas por el propio autor.
En palabras de Antonio Campoy García las poesías de Fortes “son ironía sin hiel, y risa sin sarcasmo, caricaturas que llevan en su exageración la jocosidad y el donaire, estilete con punta roma que sin herir acaricia”.
DIALOGO EN LA TORRECILLA
Estaba er tío Sebastián
asentado en un caballón,
con las patas sestirás,
rascandose en un talón,
pensando y venga a pensar
en lo malo que está to.
Di pronto -y sin avisar-
larrearon un tirón de las orejas, que vido m
as luces que Dios crió.
Se queó con la boca abierta
y, cuando se regorvió,
entonces, vido que era
una broma der Antón.
-¡Hola! Antón, m´alegro e verte
(le dijo pasao e dolor.)
-Pos aquí estoy, Sebastián,
pa tó a tu endisposición.
Pos, quería apreguntarte
-ya que tú lo sabes tó-
qué demonio es lo que pasa
con la Rusia y er Japón
que icen que las Américas
quien clujirles a las dos.
¿Tú romeas argo d´eso?
-¡Vargame er Señor, Antón¡
¡¡¡pos si eso lo sabe ya
un zagal qu´ayer nació!!
¿Es que tú no ties arradio?
-Pos, oye, no tengo, no.
-¡Qu´embecil! ¡¡Pos si eso está
hoy al arcance de tos!!
Y además, que ande hay una
s´arremató el mar humor,
qu´a veces s´ahorra comía
por no perder la misión.