Viajes. De Lorca a Marruecos.

5 de mayo de 2025

Filosofía de Viaje
Hubo un animal, una perra de caza llamada Tula, que llegó a mi infancia a los 12 años, y cambió nuestra forma de vivir. Era un animal muy activo para el que un pequeño jardín se quedaba diminuto. Tula casi nos obligó a realizar escapadas al monte para que corriera, poseía una fuerza explosiva e incombustible. Con los años, y acercándome a los 18, mis padres pensaron que necesitaría un coche… lento y fuerte para empezar a conducir y, de paso, el vehículo necesario para estas salidas. Todos esos pensamientos confluyeron en un Lada Niva de 1992. Más tarde, por diversos motivos, los designios del destino me llevaron a la compra de un Jeep Wrangler.
Un coche que, hoy, 20 años después, sigue siendo mi capricho y mi «máquina de libertad». Muchas cosas en la vida las vivo desde un punto de vista romántico, y este viaje, además del reto de recorrer casi 3000 km en poco más de una semana, lo concebí como la oportunidad de llevar a mi familia a otro mundo que, aunque cercano, difiere totalmente de nuestras costumbres, con un idioma diferente y una forma de vivir distinta. Ser autosuficiente en la carretera, sin reservar ni buscar alojamiento previo, sin siquiera diseñar las rutas (solo una idea de recorrer Marruecos de Norte a Sur con destino al desierto y volver), le daba ese aura romántica y de explorador de otro tiempo. Además, era una lección para mis hijos: ¿no es eso lo que buscamos? Dejar atrás la tecnología y las comodidades de todo el año para permitirse una semana de incomodidades enriquecedoras.
La Montura
Habitualmente, si consultas a grandes expertos en viajes de las redes sociales, te hablarán de carísimos y grandes todoterrenos. La realidad es que cualquier 4×4 puede hacerlo, incluso cualquier coche con las debidas precauciones. En mi caso, no es el coche que por tamaño sea ideal para llevar a cuatro personas y pasar muchas horas en él. Pero con un poco de ingenio, todo es solucionable.
Mi Jeep Wrangler, estrictamente de serie:
Motor 4.0 gasolina de 180 CV.
Caja de cambios automática de 4 velocidades con reductora.
Tracción 4×4 conectable.
Diferencial trasero autoblocante.
Tan solo los neumáticos Maxxis modelo Bighorn 764 eran nuevos, para evitar pinchazos.
Muchos me dicen que los tacos son muy incómodos, pero para rodar a velocidades legales y por carreteras que en ocasiones pasan de asfalto machacado a pista de tierra o piedras puntiagudas, a lo largo de lo años me han demostrado ser el neumático más versátil y duro.
Debido al tamaño del coche de dos puertas, tuvimos que recurrir a la instalación de una baca para este modelo con techo de poliéster. Con un poco de ingenio, pudimos instalarle unas barras provenientes de un antiguo Galloper, junto a un baúl con cerradura, ya que el coche iba a estar en la calle.
Lo que más quebraderos de cabeza me dio fue la gasolina: puedes tener el coche más capaz del mundo, pero sin ella no funciona. Así que tuve que buscar soluciones, pues 2 garrafas de 20 litros de gasolina ocupaban mucho espacio dentro, bueno, más bien la totalidad del pequeño maletero. Así que cogimos el móvil y buscamos preparaciones de coches. Todas las que encontré requerían instalaciones costosas y homologaciones hasta que… encontré la solución: lápiz y papel, y directamente al cerrajero con el coche. Objetivo: sin taladrar ningún agujero nuevo, usando orificios y tornillos existentes, hacer un soporte para una garrafa exterior y así liberar un poco de espacio interior. Al final, logré diseñar un soporte junto a una especie de estantería sobre
la rueda para una caja de almacenamiento, e instalar un soporte para el gato hi-lift sobre las bisagras del capó.
Una vez completados todos los huecos y espacios para la carga, asegurados con unas redes para ocupar el espacio sobrante del techo, había que cargar el coche:
Sacos de dormir.
Tienda de campaña.
Comida para 4.
Iluminación autónoma.
Batería de recambio y válida para la iluminación.
Herramientas.
Placa solar para cargar móviles y baterías.
Pala.
Planchas de aluminio para desatascos.
Gato hi-lift: un gato capaz de levantar el coche casi un metro del suelo.
Camping gas.
Agua…mucha agua.
Y por supuesto, todas las maletas con ropa de invierno y de verano, no olvidemos que viajamos hacia el sur.
Una vez cargado todo, un nuevo problema: el tiempo amenazaba lluvia y tormentas por todas partes. Toda España estaba con tormentas y todo el norte de Marruecos también… Pero eso ya… para el siguiente capítulo.

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