RATAS DE ALCANTARILLA

12 de febrero de 2025 , ,

Es cinismo sin límites que los mismos políticos que se autoproclaman defensores de los derechos humanos y la diversidad sean los que ahora buscan expulsar a los migrantes en Cataluña, al tiempo que siguen sin ofrecer una solución real y humanitaria a la llegada masiva de menores migrantes desde África. La política migratoria en este país se ha convertido en un arma arrojadiza que se usa con fines partidistas, sin atender a la realidad humana y social que implica.

Puigdemont, en su incansable chantaje al Gobierno de Sánchez, exige que la Generalitat tenga el control absoluto de la política migratoria en Cataluña, incluyendo desde el control de fronteras hasta las expulsiones. Resulta irónico ver a ciertos sectores independentistas abogar por el cierre de fronteras y la deportación de migrantes, cuando han pasado años promoviendo la idea de una Cataluña abierta y progresista.

Mientras tanto, el Gobierno central sigue sin ofrecer soluciones a la llegada de menores migrantes desde África. Se lavan las manos, permiten que las comunidades autónomas se enfrenten solas al problema, y convierten la gestión migratoria en una herramienta de regateo y cambio de cromos político. La falta de previsión, inversión y medidas de integración convierten la llegada de estos menores en un problema que solo sirve para alimentar discursos racistas de unos y otros propio de ratas de alcantarilla.

Este doble rasero no sorprende. Nos encontramos en un país donde la política migratoria se maneja según el viento electoral. Hoy, las alianzas de gobierno están dispuestas a coquetear con discursos de endurecimiento migratorio si eso garantiza un puñado de votos y por ende a la estabilidad gubernamental. Mañana, los mismos que abogan por deportaciones se volverán a presentar como garantes de los derechos humanos cuando les convenga.

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar este gobierno y sus aliados para mantener el poder? Porque si mañana Donald Trump apareciera ofreciendo dinero a los que nos gobiernan, no sería de extrañar que el ejecutivo pasara de ser el supuesto adalid antitrump a hacer de España un país libre de palestinos. La coherencia y la decencia hace tiempo que desaparecieron de la política española y de la catalana.

Rosario Segura

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