por Manuel de Jesús García
La base fundamental de las relaciones humanas es el respeto, independientemente del tipo de relación: familiares, conyugales, profesionales, sociales, etc. El respeto a las leyes, ordenanzas, reglamentos y edictos de ámbito nacional, provincial o local, conduce al orden en la convivencia de las personas. En esta ocasión, el planteamiento es muy local, ya que en nuestra ciudad existen ordenanzas municipales que, si bien es cierto que la mayor parte de la comunidad lorquina respeta, no es menos cierto que hay excepciones que afectan la convivencia y el bienestar social de nuestros conciudadanos.
Durante el mes de junio de 2023, el Ayuntamiento de Lorca puso en vigencia una ordenanza para regular el uso de patinetes eléctricos en todos los espacios de la ciudad. Entre otros aspectos, se enumeran prohibiciones de uso para menores de 15 años, se exige el uso de casco de protección, de elementos reflectantes para circular, y se prohíbe exceder los 25 km/h de velocidad, además de dejar claro que no está permitida su circulación por vías peatonales o aceras. También se reflejan en esta ordenanza las sanciones o multas por incumplir dichas disposiciones.
No obstante, es frecuente y cotidiano ver en nuestras calles personas que conducen sus patinetes sin el casco de protección, a velocidades superiores a los 25 km/h, por encima de las aceras y vías peatonales, e incluso sin respetar los pasos de peatones, semáforos o preferencias de circulación, poniendo en peligro su integridad física y la de los viandantes y vehículos, con el riesgo de accidentes.
Aún no existe el requerimiento de un permiso o carné para conducir estos medios de transporte, que se han implantado en nuestras ciudades con el objetivo de un desplazamiento más sostenible, sin uso de combustible y sin generar ruido. Tampoco se han definido coberturas de seguros en casos de accidentes, por lo que aún existen vacíos en las normativas relacionadas con el uso de esta alternativa de desplazamiento.
Es importante comentar que, ante la no obligatoriedad de un permiso para conducir estos vehículos, muchos de sus usuarios son personas jóvenes o inmigrantes que optan por este sistema al no poder acceder a un carné de conducir automóviles o motocicletas; por lo cual, no tienen conocimientos de las normas y leyes de tráfico, a pesar de que se incorporan a las vías de circulación con los consiguientes riesgos.
Sugerimos un trabajo de concienciación en escuelas, institutos, comunidades y medios, con el objetivo de instruir desde edades tempranas a la población en el conocimiento de las normas de tráfico y el uso de las distintas opciones de desplazamiento, pero, por encima de todo, sobre el respeto a las normas de convivencia, base fundamental de la vida cotidiana.
No cabe duda de que el patinete resuelve algunos problemas, pero es necesario que no se convierta en otro.